La clasificación de peligros químicos es un proceso sistemático utilizado para evaluar y categorizar los productos químicos en función de sus peligros intrínsecos para la salud humana, el medio ambiente y sus propiedades físico-químicas. Esta clasificación ayuda a identificar riesgos específicos asociados a un producto químico, como toxicidad, inflamabilidad o corrosividad. Constituye la base para una gestión eficaz de la seguridad química, el etiquetado y la elaboración de fichas de datos de seguridad (FDS), así como para definir medidas de seguridad en la manipulación, el almacenamiento y el transporte de productos químicos.
Los profesionales de Asuntos Regulatorios Químicos dependen de la clasificación de peligros para garantizar el cumplimiento de la normativa de seguridad nacional e internacional. Es esencial para:
• Garantizar la seguridad: Una clasificación adecuada ayuda a prevenir accidentes al informar a los usuarios sobre los peligros potenciales y los procedimientos de manipulación correctos.
• Cumplimiento normativo: Asegura que los productos químicos cumplan los requisitos legales en distintas jurisdicciones, evitando responsabilidades y sanciones.
El proceso de clasificación implica varias etapas clave:
Recopilación de datos: Reunir información sobre las propiedades físicas, químicas, toxicológicas y ambientales del producto químico a partir de estudios científicos, bibliografía y datos de los fabricantes.
Principales retos y consideraciones:
Armonización frente a localización: Aunque el GHS/SGA persigue la armonización global, algunos países introducen adaptaciones propias, lo que genera diferencias en los requisitos de clasificación y etiquetado.